La diatermia es un tratamiento no invasivo, seguro y eficaz, el cual podemos adaptar a las necesidades de cada persona. Se realiza mediante unos aplicadores que se deslizan sobre la piel con un gel conductor, transmitiendo el calor de forma controlada y homogénea. La sensación es agradable y relajante, y los resultados son visibles desde la primera sesión, ya que en ella combinamos el poder de la aparatología con nuestra propia cosmética, principios activos y oro 24k.
¿Qué tratamos con Golden Diatermia?
1
Rejuvenecer la piel, reduciendo las arrugas y las líneas de expresión.
2
Reafirmar la piel flácida, tonificando los músculos y definiendo el óvalo facial.
3
Mejorar la luminosidad y la hidratación de la piel, activando la circulación sanguínea y la producción de colágeno.
4
Tratar las marcas en la piel, como cicatrices, manchas o acné.
Nuestra diatermia de última generación utiliza el calor generado por una corriente eléctrica de alta frecuencia para estimular los tejidos de la piel y mejorar su aspecto. Se puede clasificar en dos tipos según la profundidad de los tejidos que trata: capacitiva y resistiva. La diatermia capacitiva actúa sobre los tejidos más superficiales, como la epidermis y la dermis, mientras que la diatermia resistiva penetra en los tejidos más profundos, como el músculo y el tejido adiposo. Es por eso, que puede ser usado tanto en el rostro como en el cuerpo.
¿Para quién está indicado?
La diatermia es un tratamiento que al ser personalizado puede realizarse cualquier persona, tanto hombres como mujeres. No hay una edad específica para empezar a aplicar la diatermia, ya que depende de las necesidades y objetivos de cada persona. Sin embargo, se recomienda empezar a utilizarla a partir de los 25 años, que es cuando la piel empieza a mostrar los primeros signos de envejecimiento, como las arrugas y las líneas de expresión. La diatermia puede ayudar a prevenir y retrasar el envejecimiento cutáneo, estimulando la producción de colágeno y la regeneración celular.
Contraindicaciones
Embarazo o lactancia; marcapasos u otros implantes metálicos; enfermedades cardiovasculares, neurológicas o infecciosas; tumores malignos; epilepsia; trombosis; hipertensión; diabetes; alteraciones de la coagulación; alergias o sensibilidad cutánea; heridas abiertas o infecciones en la zona a tratar.